Siempre he estado muy de acuerdo con expresiones como "Nunca he declarado la guerra a los hombres; no declaro la guerra a nadie" y "Habremos aprendido a ser mujeres, simplemente mujeres. Ni santas, ni brujas; ni putas, ni vírgenes; ni sumisas, ni histéricas, sino mujeres". Ambas, frases de Florence Thomas, docente de la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional. Es más, cuando ella publicó su Carta abierta a Amparo Grisales, la leí con gusto y la pasé a mis amigos en las redes sociales.
Debo admitir que también he hecho chistes y me he burlado de la actriz, porque seamos francos, uno se deja llevar por lo que dicen las masas y por los estereotipos...y porque ¡carajo! la vida es muy corta para tomarsela en serio.
Sin embargo, hoy, después de ver la entrevista que le hicieron a Amparo Grisales en Caracol, estoy más que convencida de tanto Florence como Amparo, son las más verracas, porque no tengo otra palabra para describirlo, y me perdonará la Real Academia de la lengua Española.
Sí. ¿Qué no se dan cuenta de que ambas quieren lo mismo? ¿qué acaso deben ser enemigas porque la una decidió ser empresaria y vender un producto "rejuvenecedor" (del cual tengo mis dudas pero pues me importa un pito) mientras que la otra quiso seguir el camino de las letras?
Yo me pregunto: si Amparo Grisales hubiese decidido vender paletas en la esquina de su casa, ¿Florence la hubiese criticado?
Amparo decía hoy algo como "quiero que la gente se sienta saludable" ¿qué hay de malo en eso? ¿es malo entonces lucrarse vendiendo ensaladas de frutas o siendo el dueño de un gimnasio de barrio?
Ahora bien. Si vamos a la definición de feminismo, ENTENDIDA NO COMO EL OPUESTO AL MACHISMO, sino imaginándonos que le cambiamos el nombre a "Humanismo" o, dicho de otra manera, "filosofía en la que las PERSONAS (no hombres, no mujeres, sino personas) pueden hacer valer sus derechos" estoy segura de que muchos y muchas serían los más feministas: desde Amparo hasta Florence...desde Suso hasta su antecesor Don Chinche (y esta comparación me la copié de alguien en Twitter, pero ya no me acuerdo de quién)
¡Carajo! (bis)
Estoy segura en un 99.9% de que ni Amparo y Florence quieren que alguien le pegue a otro alguien (sea hombre, mujer, niño o anciano)...estoy CONVENCIDA de que ambas quieren que los trabajos sean otorgados a la gente por su capacidad y profesionalismo más que por su condición sexual...
¡Carajo! (redundo ¿y qué? es mi blog, lero)
Me da hasta pena de caer en esos estereotipos en que cae la gente: de ver a Florence como una "señora amargada", y de pensar que Amparo es una "cuchibarbie loba".
Por eso es que no progresamos:porque pasamos la vida buscando construir murallas, en vez de hacer puentes. (Y qué remate tan pendejo, pero qué se le va a hacer...es nuestra especialidad como Colombianos: la moraleja insulsa que nunca aplicamos)
Gooooooooooooooooooooooooooooooooooooool del Tapitas F.C.
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