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Como sabrán, las sirenas y los centauros no tienen mucho en común. Hay mucho silencio entre ambos, pero ella está perdida...se ha perdido en el bosque.
La sirena solo escucha, mientras Quirón la guía entre los matorrales. A ella le duelen los pies...porque nunca los usa, y él la lleva en su lomo para que esté tranquila. Él no entiende el silencio y pregunta por qué calla...ella solo responde: "Me gusta escuchar".
Quirón es fuerte, ágil, amable y sonríe de vez en cuando. Ariel es inocente y bastante miedosa. Ariel es intuitiva y sentimental. Quirón es filosófico pero poco espiritual. Quirón camina, pero ella solo sabe nadar y ahora ha perdido las aletas.
Ambos caminan por el bosque. Ella sigue sus pasos para no tropezarse...ella sabe que él jamás caerá. Se aferra a sus brazos en la oscuridad y él se aferra a sus piernas...a sus piernas de sirena...y luego amanece. Ella en otra isla, él en otra cama...ella sigue pura y él despierta confundido.
Ambos saben que son de mundos diferentes, ella del mar y él de los bosques...ella de agua y él de fuego...así que se despiden con un beso en la mejilla...y parten con caminos diferentes...La sirena está agradecida por la sincera sonrisa de Quirón...y por sus sinceras palabras. Agradece lo amable que fue al curar sus piernas con sus manos y al no mentirle con la excusa de tocarlas. Vuelve a pensar: "somos de mundos diferentes, tu corres y yo nado...y yo jamás aprenderé a correr porque no tengo cascos, solo aletas...pero gracias por no hacerme creer que correré y menos que tu nadarás detrás de mi" y sonríe.
De nuevo en el camino ella encuentra una orilla mucho más cerca al mar y él un claro en el bosque para caminar...y son tan solo dos: Quirón y la sirena. Ambos mitad humanos, en un mundo de humanos.
Como sabrán, las sirenas y los centauros no tienen mucho en común. Hay mucho silencio entre ambos, pero ella está perdida...se ha perdido en el bosque.
La sirena solo escucha, mientras Quirón la guía entre los matorrales. A ella le duelen los pies...porque nunca los usa, y él la lleva en su lomo para que esté tranquila. Él no entiende el silencio y pregunta por qué calla...ella solo responde: "Me gusta escuchar".
Quirón es fuerte, ágil, amable y sonríe de vez en cuando. Ariel es inocente y bastante miedosa. Ariel es intuitiva y sentimental. Quirón es filosófico pero poco espiritual. Quirón camina, pero ella solo sabe nadar y ahora ha perdido las aletas.
Ambos caminan por el bosque. Ella sigue sus pasos para no tropezarse...ella sabe que él jamás caerá. Se aferra a sus brazos en la oscuridad y él se aferra a sus piernas...a sus piernas de sirena...y luego amanece. Ella en otra isla, él en otra cama...ella sigue pura y él despierta confundido.
Ambos saben que son de mundos diferentes, ella del mar y él de los bosques...ella de agua y él de fuego...así que se despiden con un beso en la mejilla...y parten con caminos diferentes...La sirena está agradecida por la sincera sonrisa de Quirón...y por sus sinceras palabras. Agradece lo amable que fue al curar sus piernas con sus manos y al no mentirle con la excusa de tocarlas. Vuelve a pensar: "somos de mundos diferentes, tu corres y yo nado...y yo jamás aprenderé a correr porque no tengo cascos, solo aletas...pero gracias por no hacerme creer que correré y menos que tu nadarás detrás de mi" y sonríe.
De nuevo en el camino ella encuentra una orilla mucho más cerca al mar y él un claro en el bosque para caminar...y son tan solo dos: Quirón y la sirena. Ambos mitad humanos, en un mundo de humanos.
1 comentario:
Cuando el fuego y el agua se funden en dos personas distintas, el fuego no se apaga ni seca el agua. Hay momentos mágicos donde el fuego arde sobre el agua y ambos logran vivir y romper la regla. Lo difícil es entonces mantener el milagro
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