martes, 26 de mayo de 2009

Flashback

¿Te acuerdas de ese día?

Eran las nueve y cinco, nueve y diez...quizá las nueve y veinte. El punto era que yo había llegado tarde a trabajar.

Metí la llave y la giré, pero la puerta no se abrió. Todo mi afán, mis ganas de entrar y el retrazo que llevaba entorpecieron mis movimientos...creo que en ese momento estaba refunfuñando en voz alta y maldiciendo a voz en cuello la puerta de mi sitio de trabajo.

Depronto alguien detrás mio dijo: "¿Te ayudo?"
Volteé.

Ahí estabas tú con tus "cuasi dos metros" de alto y tu sonrisa inolvidable.

No sé qué le moviste, pero la puerta se abrió con una facilidad increíble.

Tampoco recuerdo si te di las gracias, con el afán que tenía porque sabía que mi jefe iba a llegar en cualquier momento.

Creo que me dijiste "Tú debes ser Clarita"... y tampoco recuerdo qué te respondí, pero si sé que al rato me dijiste que mi jefe nos había estado mirando desde que yo había llegado...y que te había mandado a ayudarme.

Desde ahí trabajamos juntos, eramos "los nuevos", todo lo que me decías era una buena idea, y todas las ideas locas que se me ocurrían (incluído sistematizar unos formatos acumulados durante tres años) las apoyabas.

Luego me fui y cuando regresé todo había cambiado. Por razones de tiempo, de destino y muchas otras, no nos vimos. Y luego tu te fuiste.

Y hoy casi me muero.

Hice flashblack mientras ojeaba libros en una feria que hicieron por la facultad de ingeniería. Hice flashblack en tres segundos al leer el siguiente título: "Una prótesis colombiana que le dio la vuelta al mundo". ¡Dios mio! eso solo lo pudo hacer mi ingeniero mecánico favorito...y vaya que me acuerdo de que sufrieras en una materia de bio...¿mecánica? (o algo así)...

Siempre has sido alguien que moriría por sus ideas. Por eso casi lloro de emoción cuando vi tus fotos en la revista. Es como sentir que alguna vez conociste a Einstein...¡qué sé yo!...alguien que no se ha dejado vencer... no como alguien que maldice ante una puerta que no puede abrir...alguien que no le teme al fracaso sino a abstenerse de intentarlo.

Al otro lado del planeta, me acordé de que existes...me pregunté si tienes la revista, me pregunté qué sería de tu vida...y sobre todo recordé que no he vueltó jamás a tener amigos hombres como tú.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que fortuna haber conocido a alguien así. Ojalá leyera lo que has escrito.
Saludos.

No-body dijo...

Gracias Sr Jugodemaracushá...y si, en efecto apenas hice el post, le mandé el link en un e-mail...y parece que lo leyó porque me lo respondió :D

Liz Jo dijo...

lo chevere es que lo conociste q orgullo eso :)
ayy y amigos hombres, son pocos, pero los pocos q uno tiene, valen su peso en oro!!

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