Pues bien.
El tiempo no mide lo mismo aquí que en el espacio exterior.
Dicho sea de paso que esa es la razón por la que personas como yo tenemos ocho años mentalmente: vivimos todo el tiempo, sino la mayoría, en el espacio exterior. En la inmensidad y en la blancura infinita de la vía láctea.
(...)
Llevamos una marca en estos cuerpos.
Unos errores que se nos han perdonado,
Unos recuerdos que nos dejan vivir por ratos y luego nos asustan.
Dolores que nadie más conoce, pero que sanarán cuando los encontremos.
Llagas, sangre, furia, ritmo, tiempo...
Olvida tus dolores
quémalos en el fuego.
Exorcisa sus nombres
Exprime su veneno.
Llagas, sangre, furia, ritmo y tiempo.
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