De vez en cuando la vida nos besa en la boca y a colores se despliega como un atlas, nos pasea por las calles en volandas, y nos sentimos en buenas manos...
Joan Manuel Serrat
Hay dias en que Samir se levanta y, al mirarse al espejo, ve a través de él la imagen de un hombre desesperanzado y atrapado por la rutina. Samir lo tiene todo. Si bien no es millonario, podría decirse que su vida es buena y su causa, noble.
Pocas veces ve más allá de lo evidente, en cuanto al ser humano se refiere. Finge sonrisas casi todo el tiempo. Cree que vive, pero su vida es tiempo. Solo tiempo que se pierde, tiempo que se escapa.
De vez en cuando Samir se repite a sí mismo que tiene la razón sobre todo y que los demás están mal...o que tal vez están bien, pero que podrían estar mejor si siguen sus omnipotentes y todopoderosos consejos.
De vez en cuando Samir va de cacería y consigue una chica linda y misteriosa que lo atrae con su mirada de niña o tal vez otra que lo hiere con su boca rosa de mujer fatal...la niña y la mujer...la que todos quieren que seamos...las que somos y el resto deja de ver...Samir, Samir...ignoras todo esto...Ignoras el trayecto que te pone donde estás...ignoraste a los patitos feos y cuando se te convierten en cisne vuelan lejos de ti. ¡Que pena!
Samir, vuelve al útero. Sé cuánto lo necesitas. Sé quién eres. Namaste. Namaste...
Vuelan los años y sigues atrapado en ese cuerpo del que tú mismo te aterras.
Samir, de vez en cuando los hombres se suben el ego a punta de buscar a los patitos feos que una vez rechazaron ¿pero sabes qué? son esos mismos hombres los que se sienten patitos feos ante mujeres cisnes. Samir, ¡qué poca autoestima! ¡qué fragilidad llevas en tu ego!
Yo te saludo, Samir en esta noche. Lo siento. Tengo mi lago ahora. Me lo han regalado y está en el cielo.
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