jueves, 8 de marzo de 2012

"Viejo lobo" solitario

Enciendo el televisor. Paso de la risa nerviosa a la indignación y vuelvo a la risa nerviosa. Las noticias informan que la estatua de San Francisco ha sido mutilada. 

Voy a la cocina. Lo comento, entre mi risa aún nerviosa, a la señora que está de huésped en mi casa. Me voy: la vida sigue y las horas transcurren. 

Ya en la noche, piso los charcos de la ciudad. Cruzo una calle ya dispuesta para tomar el bus de regreso a casa. Me detengo. Recuerdo que estoy cerca de la escena del crimen. Volteo y ahí está: un hombre que mira al cielo y que ahora clama porque le devuelvan lo robado. A su lado, una criatura solitaria con la boca abierta. Ya no aulla, ahora implora. 

¿Cuántos de nosotros tenemos una historia detrás de esa misma historia? "Hazle devolver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora (2 Reyes 8:6)". ¿Qué mayor reflejo de lo que pasa actualmente en esta Colombia desangrada y llena de huesos? Vivimos arrebatándonos el respeto, los amores y la vida...vivimos revolviéndonos la esperanza unos a otros en vez de vivir devolviéndonos los sueños.

Clic. Tomo la foto.


Se me acerca un muchacho que me habla con acento paisa. Qué dolor de patria sentimos. Hablamos un minuto. Se nos acerca otro hombre indignado, ya mayor. El sentimiento de los tres es el mismo: pura rabia. ¿Dónde estaban las cámaras de seguridad? ¿Dónde estaba la policía? ¿Dónde estaba la gente, el resto de la ciudadanía? 

El hombre mayor nos cuenta que se va para su tierra. Tiene una enfermedad terminal y quiere estar tranquilo. Ambos, el joven y el anciano, resultan ser de la misma parte de Colombia. Los escucho en silencio mientras recuerdan su ciudad con nostalgia. Pienso que hay algo que nos une aún. Lo que me da tristeza es que sea el dolor. Ya no sé si el sentimiento de ausencia es por el hombre que sabe que se irá, o por el venado que ya se fue. ¿Extrañaremos al venado? ¿Extrañará alguien a aquel anciano cuya única esperanza es ir a pasar sus últimos días en su tierra?

Y ahora llega la policía: 

-¿Qué están haciendo? ¿Están tomando fotos?

Los hombres responden que no. 
En el momento sé que me puedo meter en problemas pero respondo indignada un "Yo sí". Una parte de mi quisiera responderle al policía: "Sí. Estoy tomando fotos señor agente, ¿algún problema?" o incluso mejor un "¿dónde estaba usted?".

Me quedo en silencio mientras el policía revisa una bolsa que trae el hombre mayor. Cuando ven que no hay nada, se van y yo me voy. 

Me voy pero en el fondo me pregunto si, así como ocurrió el milagro de que los venados y los lobos se reunieran, podría pasar que le devuelvan la esperanza a aquel viejo que clama, no importa si se trata de un santo o moribundo.

No hay comentarios:

Planes gratis en Bogotá