jueves, 11 de abril de 2013

Alors on danse




De repente Angélica me miró. Yo estaba llorando. No podía calmarme.
No podía hacerlo yo y nadie podía hacerlo por mí.

Extractos del diario mental.

Siento luz en mi alma ahora. Quizá a pocos les importa pero, con cada respiro, me relajo cada vez más. Disfruto las luces, los colores, las formas…



Ahora sé que la danza es la vida. La danza incluye el trueno, la tempestad, la calma, las tímidas gotas y la tierra mojada. La danza es.

He llegado a la conclusión sencilla de que el movimiento es vida. Nacemos y nos movemos. Nacemos y bailamos. Bailamos para renacer.

Pero también morimos. Y quizá lo más parecido a la muerte sea lo estático. Morimos y frenamos. Morimos y la canción se acaba. Morimos y cae el telón.

O en palabras de Chaplin: 

«La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida... antes de que el telón baje y la obra termine sin aplausos».




Imagen de la película Pina

La danza también es el amor. La danza es saber decir «sí»…
-  -       ¿Bailamos?
- -        ¿Por qué no?

La danza es dejarse llevar a veces y otras proponer el paso… Quien danza saber decir «gracias» y también sabe decir que no. Danzar es leer y danzar es escribir. Dibujar con el ser, hablar con la mirada.

Pronto hablaremos el idioma de los cuerpos, entonces te diré:

«Bravo, querido lector. Gracias por esta pieza».

1 comentario:

Jinna Katherine dijo...

Completamente terapéutico. y quién no dice cada vez, otra más?

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