miércoles, 8 de abril de 2009

Al fin de cuentas...

Si Michelangelo pintó la capilla Sixtina desnudo, o con la misma ropa, ¿por qué no puedo yo ir escribiendo en el compu mientras me visto?

Bueno, el cuerpo humano es y será un tabú. Es necesario que sea un tabú. Es necesario que no logremos descifrar todos los misterios que en él se encuentran o de lo contrario, perderá toda su gracia.

También es necesario que la gente vea imagenes que están ocultas en su subconsciente. Imagenes corporales que residen allí, quizás empolvadas gracias al paso del tiempo, o quizá tan solo olvidadas momentáneamente. El cuerpo se tiene, se ve a diario, pero se ignora a diario. La pregunta no es si conocemos nuestro cuerpo, sino si lo reconocemos. La pregunta es si sabemos que hay debajo de la piel, si todas esas células vibran con la frecuencia esperada, o si por el contrario ya dejamos de sentir las vibraciones que el entorno envía a nuestro cuerpo. Y si bien un cuerpo desnudo está hecho para ser admirado, un cuerpo que no se reconoce a sí mismo no merece ser reconocido por otro, mucho menos amado.

Ultimamente, no puedo evitar mirarme al espejo y reconocer algunas partes de mi cuerpo como mías. Toco mi espalda y por fin siento que es parte de mi. Alguna vez la odié. La odié porque mostraba heridas físicas de un pasado doloroso...además de...

Ah. (léase "a")

Así que uno se debate entre lo que conoce de su cuerpo, lo que reconoce y lo que se muere por desconocer.

Juro que a veces quisiera quitarme mi complejo de Ciranita y arrancarme la nariz de una vez por todas...(aquí iba a incluir la parte del poema de Francisco de Quevedo...ese que dice: "Érase un hombre a una nariz pegado..." pero al parecer no soy hombre y ya he hecho bastante referencia a este trille en el pasado) pero las narices y los karmas simplemente crecen. No paran de crecer...y toda tu vida crecerán. Así que también es inevitable reconocer lo que uno conoce como defectos.

También quiero quitarme los pies: los callos de cansancio, los juanetes...el dedito torcido...todo lo que el andar me ha producido. Quiero quitarmelos casi de por vida. Quiero que se rompan y me hagan unos nuevos...o mejor, quisiera que existiera una cirugía de pies...así como existe una de senos, o una para ser un poco más alto...y si, es posible que exista...pero dudo que quite los callos y los dolores de los caminos recorridos.

Asumamoslo. Soy un alma vieja. Llevo mucho tiempo lidiando con las otras almas. Tratando de enseñarles todo aquello que deben aprender por sí mismos...y en pocas palabras, mucho tiempo en vano sobre la tierra. Sé que venden crema para los callos, pero dudo que sirva para los callos que están realmente ocultos debajo de los callos.

Ah. (léase Aj)

Me resignaré entonces a tocar mi nueva espalda. La que ya no carga tanto peso, la que aloja una increible suavidad. Y yo que creía que tenía zonas mucho pero mucho más suaves, ahora me doy cuenta que la espalda les gana. La espalda tiene curva, la espalda es sexy...los pies...deberían serlo...los pies son como para quitarse los zapatos por debajo de la mesa y con la media velada acariciar la pierna de un fulano...los pies son para que el fulano los coja a picos después de darles un masaje...aj...los pies sin callos...los pies suaves...¡Clara! ¡los pies no son para cargar lo que la espalda no pudo!

Ya para despedirme, miro mi cara en el espejo, las pecas, el cuello largo y el cabello recogido... bajo por mis hombros, subo la tira del brassier, recorro mi abdomen con la mirada, me detengo en el ombligo, sonrio, veo el jean roido y los pies descalzos... mis ojos se detienen en las uñas de los pies perfectamente pintadas y decido ignorar todos los callos...porque, al fin de cuentas, no se notan.

7 comentarios:

AleF dijo...

El hecho de querer descifrar los misterios que hay en el cuerpo de alguien más, trabajar por ello y anhelar lograrlo es lo que en parte hace que un cuerpo ajeno nos sea atractivo y todo el proceso que involucra, hace que tenga gracia. Pero eso en cuanto al cuerpo de alguien más, si hablamos de nuestros cuerpos, de si lo conocemos y si lo reconocemos; creo que no se llega a una cosa si no se pasa primero por la otra y es que de verdad es requisito indispensable saber qué y cómo eres, cómo y dónde sientes, qué tan suave y frágil eres y que tanto resistes y cuánto necesitas de algo para llegar a donde quieres.
Ser concientes de lo que hay bajo la piel nos da un poder que no es tácito, que necesita ser explorado y utilizado para que podamos mejorar nuestras técnicas y para que al enfrentarnos a un cuerpo “desconocido” sintamos que sí merecemos reconocerlo, ser reconocidas, amar y ser amadas.

Ojala nos topemos con personas que se hayan tomado la molestia de conocerse y reconocerse, de saber de qué están hechos, que vean cuán valioso es todo lo que hay por dentro.

Andrea dijo...

Hay cirugía para ser más alto? pero cómo? me imagino que debe ser una barbarie... una vez vi a una niña sin falanjes que le atravezaban los muñones con unas varillas y las separaban cada día, fracturándole y reparándole los huesos, para obtener "dedos" más largos (aunque sin articulaciones) me imagino que harían algo así con los bajitos pero en las piernas... uy no, preriero bajitos a mazoquistas, lol.

No-body dijo...

-Ale: Sabes lo que creo sobre la belleza. Sabes que creo que uno le perdona lo que sea -léase bien- LO QUE SEA, a la belleza. Pero la belleza que no se reconoce a sí misma, es simplemente insulsa.

-Andre: juajuajua...sip me temo ke si. Pero al menos no es como en la edad media que ammarraban a las personas de pies y manos y halaban...eso sí que hacía crecer a la fuerza, pero obviamente las consecuencias no son muy buenas que digamos.

dmentlok* dijo...

el descubrimiento del cuerpo permite conocer a cualquier otra persona, pues miras lo diferentes que podemos llegar a ser solo con la simple silueta vista desde lejos!

pies? acaso no adorabas tus pies?? q paso???

saludos!!

No-body dijo...

Dmentlok,
De hecho, es todo lo contrario: DETESTO MIS PIES.

Andrea dijo...

Ay no, Clari, ¿pero quién odia sus pies? jajaja! Osea si tienen callos es porque te han aguantado en todo el camino, no hay que ser desagradecidos. Yo no odio mis pies y eso que están chuecos (bueno de hecho , si no te has dado cuenta, tengo chuecas ambas piernas , sobretodo la derecha)

Y si no los quieres porque güelen feo pues para eso hay soluciones, jiji.

Yo no creí que los detestaras sobre todo porque tienes de foto de perfil a uno de ellos, lol.

No-body dijo...

Andre,

Es más bien complicado de explicar, pero la verdad es que odio mis pies. Los he odiado desde que tengo uso de razón y precisamente porque los odio es que me la paso explorandolos, tomándoles fotos y escribiendo sobre ellos...

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