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lunes, 27 de agosto de 2012

Escrito ajeno



No sé a ustedes, pero este texto me encantó. 
Comparto el ritmo y el sentimiento de estos dos párrafos que hizo la señorita @NerazzurraXSemp.

Y yo sé que soy complicada, sé que soy desconcertante, sé que no soy hermosa, sé que no soy alegre, sé que no sé bailar, sé que soy insegura, sé que soy dura, sé que tengo muchas grietas en el alma, pero quisiera que te hubiera bastado con lo que sí soy. Soy apasionada, soy fiel, soy detallista, soy profunda, soy frágil, soy maleable, soy justa, era tuya...
No, no tengo un Mercedes Benz, pero he hecho de mi vida lo mejor que he podido, he usado las pocas y primitivas herramientas que me ha dado para construir la fortaleza que me acompaña. Lo peor del asunto es que me hiciste dudar de mi felicidad, de mi satisfacción con lo que soy y lo que tengo. Después de tí lo volví a entender, soy solo y tanto como puedo y debo ser. 

Me dieron este pelo y estas ganas de volar y se olvidaron de las alas.  

(...)

Creo que sé creer, creo que tu me enseñaste, creo que te amé tanto que quise creer y terminé creyendo de verdad. Quise creer que era digna de tu amor, que soy un ser valioso, lleno de cualidades, que merece muchas cosas maravillosas, entre ellas amor. Creo que sin querer y sin saber me hiciste una mejor persona, creo que quise cambiar y mejorar por tí y lo logré, creo que la próxima vez que ame a alguien, gracias a tí, lo amaré mucho mejor. Creo que todo valió la pena y no me arrepiento de nada, eres el vacío que me acompaña y me llena, eres un órgano más, que impulsa mi vida pero a quien no puedo ver ni dimensionar. Creo que me duele haberte perdido y aunque a tí no te duela, debería, porque estarías orgulloso de lo que lograste en mí y me amarías como nunca amaste o amarás a nadie, solo que no era el tiempo de los dos. Creo que perdiste tanto... que me siento mal por tí. 

Para leer la entrada completa y otras más de esta autora.


martes, 24 de julio de 2012

Todas tenemos un Miguel



No siempre se llama Miguel. El nombre es lo de menos. Hoy es un Pablo, mañana un Juan Manuel. Se mimetiza, cambia de lugar en nuestra mente femenina, pero todas tenemos un Miguel.


El mio se llamaba Daniel.
Para efectos del cuento, se llamaba Daniel.


Daniel era mi parcero. Cuando lo conocí puedo, con toda certeza, decir que lo que sentí se parecía más bien a mi temprano miedo a que me gustaran los feos, que a la sensación de estar enamorada.


Pronto el patito feo se convirtió en cisne. Bueno, ni tan pronto. En realidad me tomó varios años entender que a mi siempre me había gustado ese patito feo y que, por mis caprichos jamás lo conseguí.


Luego, me tomó un par de añitos comprender que habían más feos de los que podía enamorarme y que, para mi fortuna, podrían quererme.


Solo hasta hace más o menos dos años, y espero no equivocarme con las cuentas, hice las pases con la imagen de hombre que tenía de Daniel y la volví lo que realmente es y siempre ha sido: un buen amigo.


Y es que en eso todas tenemos PhD: en volver amigos a los hombres.


Como mi amiga Elizabeth...que entre otras cosas tampoco se llama así, pero que también tiene un Miguel.


A diferencia de mi Miguel, el Miguel de Liz, sí tuvo cuento con ella.


Pero ella, como yo, lo dejó ir.
Ella, como yo, entendió que Miguel siempre estaría allí. Para bien o para mal, los Miguel nunca se alejan. Siempre están allí. Uno puede liberarlos de su karma cien mil veces...y ellos jamás se irán. Eso es lo que los Miguel saben hacer mejor: quedarse.


Y es que en realidad nunca importó si Liz le prometió que serían novios solo si él le caía a otra niña. Por loco que suene, Miguel lo hizo para estar con ella. Un Miguel jamás se va. Un Miguel siempre está ahí, incluso si nunca se coincide en periodos de soltería y noviazgo con él. Ese Miguel, volvió dos años después de terminar con Eva, la chica por la que nunca sintió nada pero con la cual tuvo un largo romance por culpa de Liz.


¿Enredado?
Es cierto. La vida se parece al cerebro femenino.
Incierto y enredado.


Ahora bien. Todas tenemos un Arias.
Si Miguel es el tipo que se vuelve tu amigo eterno, Arias es el tipo que nunca volviste tu amigo porque nunca pudiste tener nada con él. A diferencia de un Miguel, no existe "un" Arias como tal. Existen muchos. Miguel siempre será uno. Arias hay más de dos.


Arias es el tipo delicioso que se hace en la máquina de al lado cuando vas al gimnasio, te habla, incluso puede llegar a coquetearte, pero tiene novia. En el peor de los casos, Arias te invita a que vayas a alguna actividad con él...a ver su banda de rock, a ir a una fiesta en su casa, a que leas su última entrada del blog en el que escribe (y el desgraciado fijo escribe bien)...Maldito Arias. Sí que he tenido Arias. He tenido Arias aquí y allá...con ninguno de mis Arias ha pasado nada...mi "moral cula" no me deja. Mentiras, la moral nunca es cula...pero todo el mundo sabe que no es sano salir con los Arias...es mejor que uno los tenga en ese pedestal mental en el que los puso y los deje ahí. Los Arias están hechos para otras. Los Miguel, en cambio, de amigos o lo que sea, solo viven para ti.

domingo, 26 de junio de 2011

El hámster


-"Ayyy tan bonito"

Esa es quizás la primera reacción de muchas de nosotras cuando vemos al hámster en la vitrina con sus diminutos ojos y mirada de Gato de Shrek.

Si querida, pero te va a costar una fortuna...eso no lo ves, sólo lo lindo, lo tierno, la forma en que come, la forma en que..."awww es que es tan linduuu".

Pronto engordará y la rueda que le compraste para que hiciera ejercicio quedará allá en el fondo de la jaula oxidada, siempre te mirará como que eres tú la que lo has metido allí: su carcelera, su controladora...y si le das de comer, peor: su mamá.

En unos días, cagará por toda la casa, tendrás que andar pendiente de si comió, de si no comió, de si la paja es suficiente, etc, etc, etc.

Además, si lo tocas mucho, se enteca. Si no lo tocas, se muere de pena moral. Todas tus amigas vienen y lo miran, tus amigos se mueren por verlo correr, tus papás te dicen que para qué trajiste ese animal a la casa...todo el mundo lo ve como a una rata, pero tu lo ves como el digno roedor que te acompaña...

Como la esperanza de vida del pobre animal es de 1,5 a 3 años (aunque se conocen casos de unos que han vivido hasta 4), el animal siempre termina lejos de ti.

El problema es que, para cuando la rata te deja, tu ya te has comido el cuento de que era el maestro Splinter... y sólo con el tiempo, te refieres a él como "mi ex".

jueves, 23 de septiembre de 2010

What's your market share?




Nada qué hacer. El marketing personal está de moda. "El venderse", el "competir", el cumplir con lo que el medio espera de usted y sobrepasar las expectativas.

Todo el mundo habla de eso. La carreta ya se está volviendo incluso repetitiva y poco innovadora. Mi "Yo S.A" está cansado de oír el mismo tipo de charlas en donde presentan la PNL como el último invento que nadie conoce.

Y es que lo que nadie le dice a uno es que uno también tiene que analizar qué pedazo del pastel le corresponde. Ese concepto se define como "market share" y es un porcentaje de toda la oferta existente cercana a usted.

Dije existente.
¿Existente significa latente?
Un momentico que nadie me dijo que si una vieja lleva casi un año fuera del alcance del consumidor, sigue siendo parte de la competencia con la cual me estoy repartiendo el pastel.

¿Me darán la mitad? ¿Me darán una porción? ¿Es el comprador un individuo, o debo entonces enfocarme en un grupo de individuos y ofrecer el producto a todos para ver quién se anima y lo compra?

¿Qué hacemos hoy en día con nosotros mismos? ¿pasamos hojas de vida al trabajo que caiga y le caemos a quién nos caiga?

¿Vivimos o sobrevivimos?

Dedicado quien me pasó esta canción hace ya varios años.

domingo, 22 de agosto de 2010

La historia de Tania

Tus besos eternamente...


Escribir este post no me compete. Por eso seré breve: el amor es lo verdaderamente eterno, del resto, no estoy muy segura.

PD: De nuevo, no es mi caso.

lunes, 16 de agosto de 2010

Selva de rubor: la versión colombiana de Lipstick jungle

Si Jennifer Aniston, Lina Marulanda y otras mujeres con belleza tienen, tuvieron o han tenido poco éxito en el área del corazón, uno que es normalón pues ¿de qué podría quejarse?

Hace pocos días una amiga acudió a mi por mis sabios consejos y la experiencia de décadas enteras en materia sentimental. 

No. No es cierto. Solo lo digo para darme moral...pero shhh. El caso es que hicimos lo que normalmente hacemos las mujeres: hablar. Hablamos de esto y lo otro y, por supuesto, el tema infaltable surgió de repente: los tios.

"¡Es el colmo!"- me dijo- "Lucio quiere tener todo bajo control, es como si yo tuviera que hacer todo lo que él quiere, y cuando se trata de mi, entonces no puedo pedirle nada".

Lo cierto es que en el momento tomé una libreta y mientras me contaba su historia, iba anotando lo que pensaba para no interrumpirla y que quedara constancia de mis consejos.

Los consejos entre amigas por lo general se olvidan fácilmente. Se olvidan, no sólo porque sean fáciles de olvidar, sino porque las mujeres poseemos ese sistema de alarma que nos indica que todas las demás son enemigas. Todas las demás nos quieren ver más gordas, más feas, más pobres, más mal vestidas y más solas. Pero no es necesariamente así. Es solo el sistema de emergencia.

Así que, continuando con la historia, la escuché. 

-"¡Clara es que es el colmo! ¡Quiere controlar mi dinero! La otra vez compré este par de brillos para labios y me dijo que por qué me gastaba la plata así, que yo por qué era tan desconsiderada". 

Después de que me dijo el precio de los brillos -que por cierto era bastante elevado- comprendí por qué el tio estaba colérico.

-"¡Pero es que me duran ocho meses!"

- "Si, Judy. Eso lo sabemos tú y yo. Pero él no lo entiende. No entiende muchas cosas. No entiende que en realidad sí estabas pensando en la economía, porque durante ocho meses no vas a tener que comprar más. Tampoco entiende que la belleza es importante para nosotras las mujeres, no porque así lo queramos, sino que es por lo que la mayoría de veces somos juzgadas -y no porque así lo queramos. Mucho menos entiende que siendo tu dinero, no tiene derecho a hacer comentarios sobre lo que hagas o no con él. No porque sea malo, sino porque asume que son pareja y que es una sociedad. El problema es que la delgada línea que separa lo individual de lo colectivo no es respetada si se trata de ti, y, en cambio, si él comprara un balón de fútbol de trescientos mil pesos, tú no sabrías la diferencia entre haber comprado una pelota de caucho de diez mil, incluso si él lo presentara como una ganga porque ya no tiene que comprar balones por el resto de su vida".

A pesar de que he defendido a Lucio en cuanto a su ignorancia total para distinguir entre un brillo labial de calidad y otro sencillo, también él ha cruzado el límite en otras -muchas- ocasiones. Las reglas que hace, son todas para Judy y cuando ella intenta aplicarselas a él, niega su existencia. 

Para la muestra, un resúmen corto de las últimas semanas: 
-"Clara, me dijo que antes de conocerme yo andaba de farra en farra y que ahora no me quedo ni en su casa. En resúmen, me dejó por juiciosa"

Claro. Lucio no es un santo. Recuerdo una vez en la que ella descubrió que había andado con una chica antes que ella. Le dije: "El pasado de la gente no se juzga" así que ella volvió con él porque entendió que se había equivocado. Ahora, él la deja por su pasado, incluso si ha cambiado para bien.

¿Qué aprendimos? 
Muchas cosas.

Primero, que nadie nace aprendido. Segundo, que Clara da consejos basados en la lógica, pero la lógica es difícil de aplicar al amor y, tercero, que una relación requiere de reciprocidad, de entender las razones de actuar del otro.  El equilibrio es fundamental. 

Así que la próxima vez que la boten recuerde que hasta a la mujer más mamacita tuvo un rompimiento. No culpe a su belleza y mucho menos a su labial.


domingo, 16 de mayo de 2010

Inventario de fantasmas - O del por qué el huir no sirve.


Transcrito para Mey
Junio 27, 2007 Más de las 9 pm

"Las hojas sueltas se pierden" solía decir mi madre cuando yo estaba en primaria.
Por eso hoy voy a hacer el experimento: escribiré su nombre en una de ellas y tal vez así el viento se la lleve.

Pues bien. Han pasado seis meses desde que me fuí del país...y casi 15 días (soy mala para las cuentas) desde que regresé.


Pocas cosas han cambiado.

Algunas calles reparadas, otras rotas, algunas personas que me recuerdan, otras que me olvidan y como de costumbre: algunos amores que recuerdo y otros que olvido.

Si.


¿Circunstancias en las que mi pensamiento se desarrolle?

Pocas.

Mis ideas vagan en círculos y no entiendo el por qué. No entiendo la razón por la que huyendo de mí misma me haya reencontrado justo aquí donde empecé*. Me asusta que todo este tiempo no me haya servido de nada...me asusta el reencuentro con mi yo cotidiano. No con ese "yo" con el que salía a la calle en Regina, o en Ottawa...o en Toronto. No. Me asusta reencontrarme con el "yo" que vive en Bogotá, que es rutinario, que no sale de sus escondite, ese "yo" con el que no quize viajar y que ahora me reclama con la excusa de ser una cobarde.


Eso me pasa.


Ese, señores (y sras), es el recuento de los hechos.

Mi absurdo inventario de fantasmas.

Jun 27 /07 Mucho después de las 9 pm



*N de la T -de transcriptora- : con z en el original

miércoles, 12 de mayo de 2010

Y ahora van a decir que se les olvidó: o la historia de Bellota

Empecemos con esto:

Primero fue ella.
Irreemplazable.
Era Ella. Ella. Solo Ella y nada más que Ella.

Hasta que el señor se cansó de comer a la carta todos los días y le dio por ir a probar fritanga.

Y ahora, después de que la fritanga le pareció demasiado para comer toooodos los días, le dio por volver al restaurante donde no solo le sale barato, sino que además le dan refill de jugo, peguita cuando quiere y le enciman postre.

¡Pero hombre! Ahora tras de que hace marras que no viene, llega pidiendo rebaja y diciendo que si le fian. ¡No hay derecho!

¡Ahora van a decir los hombres que se les olvidó lo que hay que hacer para rogarle a una mujer!

Entonces vamos a ver, hagamos un pequeño recorderis:

Paso 1: Sin lagrimas ni mocos ni pataletas.
Paso 2: Si me invitas a hablar, es a hablar, no a discutir.
Paso 3: Si me invitas a hablar, es a hablar, no a oirte hablar por teléfono con tu nueva novia.
Paso 4: Cuando la dejes, puedes pronunciar la palabra "volver", antes no.
Paso 5: Si te crees Tarzán y no puedes agarrar una liana sin soltar la otra, solo me estás demostrando que no vales la pena pedazo de nada
Paso 6: Nunca me ruegues.
Paso 7: Nuuuuunca me ruegues.
Paso 8: Nunca jamás en tu cochina vida me ruegues. Eso solo hará que yo te vea como un ser sin dignidad.
Paso 9: Omite los pasos 6 al 9 y pideme un poquito de cacao, pero con hechos, no con palabras.
Paso 10: No hagas los pasos del 1 al 10 sin antes haber demostrado con hechos que te interesa volver.

Por favor, este es el siglo XXI, los cachos están mandados a recoger. Uno está con quien A UNO se le da la gana y punto. No me vengan con eso de "yo no puedo dejarla, pero quiero estar contigo" NO ME CREAN TAN...

y ahora, un clip para ke miren sobre toooodo el final


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